martes, 30 de diciembre de 2014

BAEDRO


Esta entrada está basada en elucubraciones personales fruto de la lectura de algunos documentos, así como de los vestigios hallados en nuestras salidas por el término municipal.
Entre los principales documentos que he consultado, se encuentran los trabajos de investigación de D. Angel Delgado Delgado, “Los Pedroches y el Despoblado Medieval de Cuzna”, “Los Municipios Flavios de la Bética” de Ana María Morales Rodriguez y, por último, los trabajos de investigación de D. Emilio Cabrera Muñoz.
Según la excelente tesis de Ana María Morales en “Los Municipios Flavios de la Bética”:
tan solo poseemos una referencia sobre Baedro y ésta procede de la narración pliniana, quien la incluye entre los oppida del conventus Cordubensis.
El conjunto epigráfico que se le adscribe está constituído por 35 inscripciones, que proceden de distintas zonas del territorio municipial; concretamente, 6 de Belalcázar, 3 de Hinojosa del Duque, 4 de El Viso, 1 de Villanueva del Duque, 4 de la Ermita de Nuestra Señora de Gracia de las Alcantarillas, y otras de Finca Cercada de la Torre, El Chaparral, Huerta de Cachiporro, Cerro Mocho, Castillo de Alcantarilla, Dehesa de las Alcantarillas, Pago de la Torre Tejada, Marimiguel, El Tesoro, Pago de las viñas de San Nicolás, Cerro del Cuete, Correales, El Jardoso y Pedroche.

A este respecto, aclarar que las cuatro de la Ermita de la Alcantarilla, la del cercado de la Torre (conocida como Pozo La Torre), El Chaparral, Huerta de Cachiporro, Cerro Mocho, Castillo de Alcantarilla, Dehesa de la Alcantarilla, Torre Tejada, Marimiguel, El Tesoro, San Nicolás y Pedroche son también fincas del término municipal de Belalcázar. Por lo que en total en este documento se enumeran 21 las inscripciones epigráficas encontradas en nuestro término.
El documento continúa:
“Como recursos específicos del territorio señala la minería, explotada desde época prehistórica hasta la actualidad. Las prospecciones realizadas en la zona han constatado en toda la comarca signos de minería antigua (pozos, fundiciones, herramientas -picos, martillos, zapas, cuñas, etc.-), que se adscriben tanto al ager Soliensis como al Baedronensis.
La ciudad se ubica en la vía Corduba-Emerita (1), en una posición estratégica para la salida de los productos mineros.
Entre los recursos mineros debemos referirnos a la explotación de cobre, aunque domina el plomo y la plata en los esquistos. Entre las minas de cobre debemos citar Los Pobos, Cantos Blancos,  Motilla, Torril  de Medioduro,  Berrocoso, Requeja, Fontanar, Canadá, Peña del Cuervo,  La Encinilla,  Quinto del Huerto,  Hato del Pozo de la Torre, etc.; y entre las minas de plomo argentífero destacan Perecedero, Chaparro Barrenado, La Atalaya, Solana de Belalcázar, Fuente del Charco, etc.
Además de las minas de Cantos Blancos, Medioduro, Berrocoso, Peña del Cuervo, La encinilla, Quinto del Huerto, Hato del Pozo de la Torre, La Atalaya, La Solana y Fuente del Charco, reflejadas en el documento y que están en nuestro término municipal, hay que señalar la existencia de otras muchas que se encuentran numeradas en la entrada de este blog, bajo la etiqueta “MINAS-CANTERAS”.
A partir de las inscripciones funerarias podemos constatar los individuos fallecidos; sin embargo, desconocemos dónde se situó la necrópolis de la ciudad; (2) sólo constatamos que algunos fueron inhumados en el cementerio local,  como  G. Papirius Niger y G. Papirius Nigrinus que fueron honrados por el ordo Baedronensis; otros, en cambio, fueron enterrados en los fundi del ager municipalis como [Ae]mili[us], Vrbanus, etc.
El oppidum de Baedro fue promocionado a municipium iuris latini en época flavia; varios elementos corroboran este hecho, la mención del ordo Baedronensis en C.I.L. II2/7, p. 192, nº 7, 845 es uno de ellos; a ello se suma la referencia de la tribu Quirina 881.
Se documentan los siguientes órganos administrativos: el primero El ager Mirobrigensis fue colindante en su parte septentrional con el territorium de Lacimurga, al sur con los agri de Baedro y Solia, al este con Sisapo y al oeste con Artigi. Diversas inscripciones nos constatan del espacio destinado dentro de los asentamientos rurales a usos de tipo funerario.
El territorio del municipium Baedronense limita al norte con Artigi y Mirobriga, al sur con Mellaria y Corduba, al este con Solia y al oeste con Artigi e Iulipa. (3)
El probable territorium de la ciudad, según la propuesta de C.I.L. II2/7, englobaría las localidades actuales de Belalcázar, Hinojosa del Duque, El Viso, Villaralto, Villanueva del Duque y Alcaracejos.
Debido a esta dispersión del material epigráfico, por el momento, se ignora su centro urbano.
No obstante, la constatación del topónimo en diversos puntos del norte y oeste de la comarca de Los Pedroches permite la delimitación del territorio del municipium.  Éste está formado por el de las localidades actuales de Belalcázar, Hinojosa del Duque, El Viso y Villanueva del Duque.”
Por otra parte y según se recoge en “Los Pedroches y Despoblado Medieval de Cuzna”:
“durante el siglo XII y comienzos del XIII, Britrawsh/Baedro sufre una despoblación absoluta, siendo abandonado, llegando, según algunas fuentes, a ser totalmente demolido”. (4)
En tercer lugar, según los datos que nos facilita Al-Idrisí, reputado  geógrafo que durante un tiempo residió en Córdoba, podemos afirmar que la Solia y la Baedro romanas se corresponden con la Gafiq y la Bitrawsh árabes respectivamente. (5)
“Efectivamente, además de Gafiq, Fahs al-Ballut conoció la existencia de otros núcleos de población fortificados, entre ellos Bitrawsh, citado por Al-Idrisí, entre los Husun más importantes de la comarca y nos narra que desde Córdoba hasta Bitrawsh, por el camino de Córdoba a Toledo, hay 40 millas y desde Bitrawsh a Gafiq hay 7 millas.”
Las limitaciones de las fuentes que nos han llegado son evidentes y del todo insuficientes para fijar con seguridad la ubicación del núcleo urbano de este municipio.
Al margen de estas afirmaciones, los estudiosos del tema han propuesto diversas localizaciones como Belalcázar, El Viso, Alcaracejos, ermita de Sto. Domingo en Hinojosa del Duque, Villanueva del Duque o Pedroche, sin embargo ninguno da un testimonio concluyente que ayude a ubicar cual fue la urbs Baedronensis.
Por lo que voy a tratar de documentar los principales datos que nos ofrece los Municipios Flavios para poder fijar de estar forma su posible ubicación.
(4) En mi opinión la ubicación en el pueblo de Pedroche no tiene ninguna base, pues este pueblo nunca llegó a despoblarse y menos a ser demolido y a lo máximo podemos admitir que se ubique en el mismo por situarla en la dehesa de Pedroches que era de su propiedad, como más adelante expongo.
Como se puede constatar en este documento se habla de “Los Pedroches” como territorio, no como municipio, habiendo en la zona topónimos que pueden dar lugar a confusión.
Este es el caso de la dehesa de Pedroche que fue propiedad del pueblo del mismo nombre.
Según Casas Deza:
en la ermita de Santo Domingo era donde se reunían los Concejos del Estado de Belalcázar (Belalcázar, Hinojosa, Villanueva de Duque). Otras veces, si el tema a tratar lo requería, había representantes de la villa de Pedroche, villa que, durante años, compartió con las anteriores la llamada, dehesa de Pedroche”.
En el mismo sentido, Emilio Cabrera Muñoz en su trabajo “UNA MESTA LOCAL EN TIERRAS DE SEÑORÍO: EL EJEMPLO DE BELALCÁZAR E HINOJOSA”, pg. 207 afirma:
“una y otra villa tenían términos comunes y sobre ellos descansaba la puesta en práctica de los principios contenidos en las ordenanzas. Se trata de una costumbre ancestral, practicada sistemáticamente por Belalcázar e Hinojosa desde mediados del siglo xv, coincidiendo con su señorialización, pero que tiene precedentes más antiguos que remontan, cuando menos, al primer cuarto de ese siglo, en que ambas villas, juntamente con la de Pedroche, compartían los pastos de una dehesa que desde entonces tomó el nombre de esta última población, cuyos representantes, juntamente con los de Hinojosa y Belalcázar (entonces llamado Gahete), se reunían anualmente en la ermita de Santo Domingo para distribuirse el aprovechamiento de los pastos.”
Esta dehesa, por estar muy alejada de la villa de Pedroche, quedó sólo para las del Condado de Belalcázar después de mutuo acuerdo de compensaciones a la de Pedroche. Cuando, más adelante, se hizo la segregación de términos municipales entre Hinojosa y Belalcázar, la dehesa quedó comprendida dentro del término de Belalcázar.
La división y amojonamiento de dichos términos municipales, se hizo en virtud de concordia celebrada entre estas villas en la ermita de Santo Domingo, el 21 de diciembre de 1559, (Casas Deza, Corografía, pág. 115), pero no se llevó a efecto hasta muchos años después.
La denominada “Dehesa de Pedroche” –aunque actualmente es más bien conocida como el paraje o polígono de Pedroche-, está regada por el arroyo del Fresno; en su interior quedaban la mina, fuente y casa de la Ventilla, Ventilla donde paraban los frailes franciscanos cuando iban de camino entre los conventos de San Diego de Hinojosa y San Alberto de El Viso. Sus límites aproximados son: camino de Santa Clara, dehesa de Cubillana, río Guadamatilla, dehesa de la Cogolla y vía pecuaria de la Colada.
Pablo Torres Márquez en “Transformaciones Agrarias y Desamortización en Los Pedroches durante el siglo XIX”, (página 140) afirma que la dehesa de Pedroche de Belalcázar, de 2.000 Has, pasó a la clase de enajenable en 1896. En la actualidad está repartida entre varios propietarios.
(1) Otra de las tesis contenidas en “Municipios Flavios” es que Baedro estaba situada en la  vía Corduba-Emerita.
Esta tesis es compartida por nuestro paisano Ángel Delgado en su trabajo  “La Beturia de los Túrdulos”, en el que sostiene que la ciudad romana de Solia se hallaba situada en el lugar que hoy ocupa el castillo de nuestro pueblo. En dicho trabajo, Delgado se esforzó por trazar las dos calzadas que atravesaban la Beturia de los Túrdulos, a saber: la calzada número 11, que discurría de Córdoba a Mérida, y la número 29 del Itinerario de Antonino, que él mismo descubrió y que discurría de forma transversal de Mérida a Zaragoza, pasando por la Oretania.
En este exhaustivo trabajo, al que no se le ha dado su debida importancia, Delgado especifica kilómetro a kilómetro ambos trayectos de primera mano, ya que él mismo los recorrió y, a medida que lo hacía, fue fijando la correspondencia entre las actuales ciudades y las antiguas, por las que se sabe que estos discurrían y de las que hasta ese momento se desconocía su ubicación.
De esta manera, estableció las siguientes correspondencias:
Artigi-Castuera
Mellaria-Fuente Ovejuna
Miróbriga-El Guijo
Solia-Belalcázar
Baedro- ¿ ?
Arsa-Azuaga
Sisapón-Bienvenida
Iulipa-Zalamea.

Conectando dicha calzada nº 29 las ciudades de Córdoba y Mérida, con todas las minas de las poblaciones, antes expuesta, de nuestra zona y las de la zona de Almadén, convirtiéndose en la vía principal de salida de los productos mineros.


(5) Dicha calzada pasa por Belalcázar (Solia) y por la dehesa de Pedroche que dista de ésta aproximadamente 7 millas como nos indica Al-Idrisí que afirma que la Solia y la Baedro romanas se corresponden con la Gafiq y la Bitrawsh árabes respectivamente.
Efectivamente la ciudad de Belalcázar fue conocida en época musulmana por el nombre de Gafiq, tal como evidenció en su día Félix Hernández y entre los siglos XIII y XV, como Gahet o Gahete. Se trata, al perecer, de un poblado árabe, fundado por la tribu homónima, cuyo origen debe buscarse en los primeros años de presencia islámica en la Península.
Su emplazamiento en el eje de importantes vías de comunicación, como el camino de Córdoba a Toledo, determinó que Gafiq se mantuviese como una de las localidades más importantes de al-Andalus y desde luego la principal, junto con Bitraw, del Fahs al Ballut. Así lo afirman al Istakhri y al Qalqasandi, señalando además que su distrito comprendía una extensa comarca. Su castillo se contaba, igualmente, entre los más fuertes de la zona. Idrisí destaca, en su Geografía, la bravura y combatividad de sus habitantes y la seguridad que su fortaleza les proporcionaba y, en efecto sabemos que en 1.226 cuando los habitantes de Capilla rindieron la fortaleza (castrum Capellae), Fernando III, manteniendo su palabra, como había prometido, a sus enemigos los moros con sus mujeres y sus hijos, con todo lo que podían llevarse (bienes muebles), los condujo salvos (salvos deduci fecit) (o hizo que los condujeran protegidos) hasta el castillo de Gahet. (puedes ampliar esta información en la entrada “HISTORIA”.
(2) La siguiente afirmación es “no se conoce la ubicación de la necrópolis de la ciudad.” A este respecto hay que señalar que, según testimonio de algún trabajador, de los que construyeron el pantano de Dª Rosa Montero ubicado en la dehesa de Pedroche, en el mismo aparecieron más de 7 tumbas romanas que fueron tapadas y quedaron bajo las aguas del mismo, por lo que no se pudo determinar la extensión del cementerio. Todavía se pueden ver en los alrededores algunas tapas de granito. A mayor abundamiento, junto al mismo hay un pequeño promontorio donde se puede ver en la actualidad algún sillar, en el que hay constancia que se han encontrado numerosos exvotos romanos de bronce. A poca distancia se encuentra la fuente de la Ventilla, en cuyas inmediaciones hay restos de tégula, sigillata, pizarra, monedas… esparcidos por una gran extensión, más de tres fanegas de terreno.
A estos datos hay que añadir, como queda expuesto más arriba, que en nuestro término se han encontrado más de 21 inscripciones epigráficas y tengo constancia de que alguna otra, que figura haber aparecido en otro término municipal, en realidad ha sido trasladada desde el nuestro.

Estas dos estelas que figuran encontradas en Hinojosa y el Viso, respectivamente, se localizaron en la zona de Pedroches.

(3) Para terminar, con su posible localización, tan solo nos queda ubicar la fuente de la Ventilla y la dehesa de Pedroche en un mapa geográfico con la situación, según mi opinión, de todas las ciudades antes descritas.
Como es obvio el mismo lo confecciono teniendo en cuenta los datos aquí expuestos de los diferentes documentos, por lo que llego a conclusiones diferentes a las dadas en algunos de ellos.
En la solución que propongo podemos comprobar que, además, cuadran las distancias dadas por Al-Idrisí, “desde Córdoba hasta Bitrawsh, por el camino de Córdoba a Toledo, hay 40 millas y desde Bitrawsh a Gafiq hay 7 millas.”


Por tanto, son todos los datos anteriormente expuestos los que me llevan a la convicción de que la ciudad romana de Baedro se puede encontrar en la finca de Pedroche, en las inmediaciones de la fuente de la Ventilla.
Extremo éste  que, espero que algún día, los arqueólogos nos puedan aclarar.


Como complemento y aportación personal a la documentación de los datos facilitados en “Los Municipios Flavios” <<Diversos oppida señala Plinio (NH, III, 10) en esta zona de la Baeturia. Estos poblados se localizan en las proximidades del rio Zújar en El Viso y el Cerro del Castillejo en Belalcázar; se trata de varios recintos fortificados, donde la investigación arqueológica ha documentado diversos zócalos de piedra, muros de tapial y suelos>>, expongo fotos de Cerro Castillejo en Belalcázar y Cerro Castillete en el término de Santa Eufemia.

Cerro Castillejo

Cerro Castillete